miércoles, 5 de agosto de 2015

Viollet

5/08/2015



Cómo nos gusta quejarnos de nuestras vidas. Todo el mundo tiene problemas: trabajo, familia, amigos, amor, dinero… Sí, esos problemas, problemas tercermundistas. Por lo menos esos “problemas” son temporales. Somos tan egoístas que nos encerramos en nosotros mismos y no nos compadecemos de los demás. Siempre nos quedará: “Pobre de mí que no puedo comprarme un móvil de última generación”. Qué pena. 

Por hoy no voy a escribir más, ya que en mi cabeza tengo estos problemas. Que irónica es la vida.
 

No hay comentarios: