25/02/2016
La oscuridad apareció. No creí
jamás ver un anochecer tan repentino.
No soy humano, no soy un Dios,
ni este es mi mundo. Soy de uno de esos
lejanos lugares del que siempre oíste hablar, ese que siempre has imaginado
pero que nunca conseguiste hallar. Entre las sombras se desdibuja mi ciudad, a
la caída de una tenue montaña que un día el mar esculpió. Nada más bello se concedió
y nada más enorme que poder admirarla cada día.
Y me lo privan seis meses. Malditos.
Os echo de menos gente.