21/07/2015
PRÓLOGO
Nos encontramos en el inicio de esta historia, que no por
ser del sur, va a ser una historia de vagos, mal hablados y gente de malvivir, sino
que la historia combinará fantasía con realidad, pena con alegría, amor con
desamor, verdades con desengaño, amistades con enemistades, caos con orden,
humanidad con des humanidad e incluso sexo con amor, pero sobre todo aclarará
conceptos de la amistad leal, real, sincera y única, que está compuesta con
otras amistades más raras, tóxicas, inútiles y puercas que inundan esta
sociedad oscura, problemática e injusta, que no se ajusta a esta vida tan
bonita, colorida, real, cálida, única, compartida, cambiante, imperfecta y
sentimental, pero simplemente vida. Y pese a que todavía no sé de qué va, aquí sigo utilizando los gerundios
que me gustan.
CAPÍTULO 1: Una pequeña introducción a la vida.
Como empezaba la historia (fantasía con realidad), imagina
un mundo en el que no necesitáramos la envidia, la rabia ni la necesidad de
pisar al otro para ser “mejores personas” ni “poderosas”, sino que nos
conformaremos (y aquí viene la fantasía) siendo felices, viendo feliz al otro y
sin vivir en sus vidas.
“Pena”, no deberíamos relacionar este concepto con
sentimiento, sino con la sonrisa que esbozas cuando piensas en ese entrañable
personaje.
Alegría, no deberíamos relacionarlo con nada, sino con todo
lo nuevo que acontezca debería ser pura alegría.
Mencionando amor con desamor, pero no creo que sea el lugar,
la hora, el momento o el día, para juzgar lo que es lo que siente uno, tanto
como cuando se enamora como cuando llora a mares por ese desamor que agrieta el
alma, pero cuando se es capaz de fortalecer el cemento armado más sólido.
Verdad y desengaño. Tema casposo, ya que considero que el
mejor desengaño es la verdad más sincera, y el menor jarro de agua fría. Aunque
las mentiras se oculten por sinceridad y se mienta por educación, considero a
día de hoy que conservarás a más conocidos con su verdad que con la tuya.
Hablando de mentiras y verdades, y transcribiendo a la
suciedad, estamos en la sociedad de las amistades y enemistades, donde quedan
esos amigos del pueblo, los de toda la vida, “los de sagrillas”. Para mi
siguiente punto citaré unos versos de J.T.A.; “Dentro de mi caos encontré mi
orden, dentro de mi orden descubrí mi jodido puto caos”.
CAPÍTULO 2
Cuando finiquitamos con las cosas malas y empezamos con los
conflictos, los cuales, intentaré ocultar su dolorosa frialdad y adornarlos con
las máscaras más caras de las Cortes de París.
Amistad leal; únicamente se puede considerar leal la amistad
de un perro y la amistad de alguien que lleva más de media vida a tu lado, y no
sea de tu familia, y sigues queriendo en tu vida, y no sólo eso, sino que das
las gracias al Señor por haberlas conocido.
Amistad real, como del que te perdona mil mierdas sin
importarle el acto, sino conservar tu amistad, tu persona y compartir tus
putadas y paranoias.
Sincero: la o el que te dice que tienes el moco en el
bigote.
Única; Sólo existe una como esa en la vida. Para definir las
cosas malas bastará con pensar en las personas que peor te caen del planeta,
como Hitler, el niño del anuncio de las compresas o el que te comunica que
nuestro amado Estado ha vuelto a subir el tabaco.
LA FANTASÍA DE LA VIDA
Vida es suficiente para ver una luz, vida es luz para ser
suficiente. Suficientes son los ojos de ese anciano en el bus que vuelve a casa
a por los besos de su mujer, esos que ya probó hace 68 años.
Vida es niño que no conoce a la gente de fuera, esa que es
mala, que mira mal, que pone en jaque algo que disfrutas, algo tan popular como
el botellón y el estanco, pero que no te permite tomar en el parque.
Vida es un chaval al que le han dicho que tiene beca y que
puede estudiar, teniendo para ayudar a sus padres con el día a día, ya que el
Estado en el que vive no proporciona comida para que él no muera de hambre,
basándose en publicitar productos del capitalismo y sólo saben aumentar nuestro
ego, haciéndonos cínicos y artificiales. Parafraseando a Hitler, nos estamos volviendo
más artificiales, dejando de sentir y empezando a computar.
EPÍLOGO
Y hasta aquí mis desvaríos, porque estos dos últimos días
que me quedan aquí debería de escribir algo que merezca la pena, y no sé si
esto lo merece, pero bueno lo apreciaré la próxima vez que te vea señora del
blog.