Jamás llegaré a conocer a otra persona como ella. Ella está
llena de fuerza, una persona que te demuestra los valores de la vida y el por
qué debemos seguir luchando. Una persona llena de sabiduría, el placer de poder
hablar de cualquier tema y tener argumentos en los que ella expone
sus pensamientos y la forma tan peculiar de verlo desde esa perspectiva, la
suya propia.
Puede ser fría y dura, puesto que la vida le ha hecho crecer
mucho. Su forma de hablar y expresarse ya la hace diferente a los demás.
Me siento una persona afortunada al tenerla en mi vida,
puesto que ella ha sabido devolverme la vida. Me ha ayudado y escuchado en todo
momento, aunque perdiera su tiempo, me lo ha dedicado a mí.
Ella no es sangre de mi sangre, pero me puedo sentir
afortunada en esta vida por tener a una Hermana.
Lo último que puedo decir es que lucharé, la cuidaré y haré
todo lo que esté a mi alcance por ella, puesto que es poco lo que pueda dar a
una persona de luz como ella.
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